jueves, 4 de junio de 2015

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Rabietas, pataletas y más…

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En medio de la tranquilidad del hogar puede surgir el llanto incontrolable del niño, situación complicada para los padres que no tienen conocimientos de cómo actuar y ceden ante la desesperación, con la finalidad de calmar el llanto de su hijo. Las rabietas y pataletas en los niños de 2 a 3 años son muy comunes y manejables.
Las rabietas forman parte de su crecimiento y de su formación emocional. Pueden poner a prueba la paciencia de los padres, en la casa y en los lugares menos esperados, llegando en algunos casos a ser causa de excesivas preocupaciones.
Cómo podemos explicarlas; muchos expertos hablan de ellas como la dificultad de los niños de expresar sus emociones insatisfechas, llevándolos hacia la frustración y resaltan la importancia que los padres aprendan a controlarlas para que no haya implicancias en su comportamiento futuro.
Muchas veces las rabietas surgen de situaciones en las que se les prohíbe algo que les gustó o cuando se les fuerza a realizar algo desagradable. En ambos casos los padres deben darles la oportunidad de aceptar lo que se les pide de una manera fácil y natural.
No existen indicaciones precisas para que los padres puedan controlar una rabieta o pataleta, pero si pueden aplicar algunas medidas de control, tomando en cuenta las características de comportamiento de sus hijos.

-Lo más importante que los padres deben hacer es conservar la calma para poder ejercer el control de la situación de rabieta. Los padres no deben dejarse llevar por sus impulsos o por la ira y deben tener control sobre sus emociones.

-Durante la rabieta el lugar debe ser seguro para que el niño no se haga daño o dañe a los que se encuentran cerca. Una alternativa es poder sujetarlo con suavidad y en la medida que se calme ir soltándolo, hasta que se le pueda consolar. Igualmente, es necesario tener en cuenta el lugar, no es lo mismo controlar una rabieta en casa que en un centro comercial.

-Es mejor esperar para poderle hablar, cuando esté en rabieta no escuchará, sólo tendrá oídos para su propio llanto.

-La firmeza de los padres durante la rabieta es un claro mensaje de quien controla la situación y que pase lo que pase la rabieta no funcionará.

-Ejercer la autoridad también es importante, el mensaje que los padres deben transmitir es que sus hijos pueden conseguir lo que desean sin hacer rabietas.

-También es apropiado que los niños puedan desahogarse, sentir molestia y expresarla es bueno, en esta situación los padres pueden transmitir el mensaje que están sintonizados con ellos, “estás molesto, esperaré a que te pase”, alejarse un poco, esperar y observar son buenas alternativas.

A medida que el niño crece y bajo la firme actitud de los padres las rabietas deben desaparecer, para darle paso al mejor entendimiento de lo que deben hacer para conseguir lo que desean.
La frustración es menor y se abre paso al entendimiento, lográndose un niño con un mejor manejo de sus emociones.


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