martes, 10 de noviembre de 2015

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Un ser querido ha fallecido, ahora ¿cómo se lo explico a mi hijo?

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Hablar sobre la muerte definitivamente genera angustia, dolor y hasta rechazo puesto que no es fácil  asumir que un ser querido ya no volverá a estar entre nosotros; esto podría hacerse aún más complicado si tenemos que comunicar esta sensible noticia a los más pequeños de la casa debido a que muchas veces no estamos preparados para contestar y calmar sus dudas e inquietudes: ¿a dónde se ha ido? ¿por qué me dejó? ¿cuándo va a volver? ¿se ha ido porque ya no me quiere? etc.

Cuando esto sucede nosotros como adultos nos confrontamos también con una serie de cuestionamientos sobre el devenir de la vida y muchas veces no sabemos cómo reaccionar o qué responder optando, en ocasiones, por dar respuestas muy generales o ambiguas, que en vez de calmar la angustia podría incrementarla. Por ejemplo, algunos padres utilizan expresiones como  se ha ido lejos o está durmiendo, tratando con ello de apaciguar el dolor, pero esto no hace más que generar desconcierto en los niños porque sin querer se les induce a sentir miedo de irse a dormir, o cuando alguien se va lejos.

Según Lyness (2012), se debe de considerar que lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad. Pero, para el autor, algunas cuestiones importantes deben tenerse en cuenta en todos los casos:

1. Explicar la muerte con un lenguaje que el niño pueda entender: sea honesto con su hijo y aliéntelo a que haga preguntas. Cree un clima de confianza y apertura, y transmítale el mensaje de que no hay una manera correcta ni equivocada de sentirse.

Recuerde que hasta los 5 o 6 años la imagen que tienen los niños del mundo es muy literal, por tanto, deberá explicarles la muerte utilizando un lenguaje muy concreto (por ejemplo, explicarles que el cuerpo de esa persona ya no funcionaba y que los médicos no han podido arreglarlo).

Entre los 6 y los 10 años, los niños empiezan a comprender que la muerte es algo definitivo; a menudo, a esta edad, los niños imaginan la muerte personificándola y piensan en ella como un fantasma o un esqueleto. Pueden entender mejor si se les da explicaciones precisas, simples, claras y honestas sobre lo que ha ocurrido.
Cuando los niños entran en la adolescencia, empiezan a entender que todos los seres humanos finalmente mueren, independientemente de su categoría, su comportamiento, sus deseos o lo que sea que intenten hacer. A medida que evolucione la comprensión de la muerte de sus hijos adolescentes, de manera natural surgirán en ellos preguntas sobre la mortalidad y la vulnerabilidad.
 2. El duelo: ¿Es correcto llevar a los niños a los funerales? Según Lyness (2012) va a depender de usted y de su hijo(a). Es bueno dejar que los niños participen en cualquier ritual de duelo, si ellos quieren hacerlo. Antes que nada, explíqueles lo que ocurre en un funeral o entierro y ofrézcales la posibilidad de que ellos decidan si quieren ir. Hábleles sobre sus creencias sobre la muerte y explíqueles el sentido de los rituales de duelo que realicen usted y su familia.
 A muchos padres les preocupa que sus hijos sean testigos de su dolor y su tristeza, que los vean llorar una muerte. No tema por ello, si le permite a su hijo(a) ver su dolor, le estará enseñando que llorar es una reacción natural ante el dolor emocional y la pérdida. Y puede hacer que los niños se sientan más cómodos cuando expresen sus propios sentimientos. Pero también es importante transmitirles que por muy triste que usted se sienta, seguirá siendo capaz de cuidar a su familia y de hacer que su hijo(a) se sienta seguro.
 3. Si se necesita más ayuda: A medida que los niños aprenden cómo enfrentar la muerte de un ser querido, necesitan que se les deje espacio, que se les comprenda y se les trate con paciencia para que puedan expresar la pena a su manera.
 Es posible que ellos no muestren la pena de la manera en que lo haría un adulto. Un niño pequeño tal vez no llore, o tal vez reaccione a la noticia portándose mal o con hiperactividad. Un adolescente quizá se muestre enojado y se sienta más cómodo sincerándose con sus amigos.
Sin embargo, esté pendiente de si sus hijos muestran algún signo de que necesitan ayuda para hacer frente a la pérdida. Si el comportamiento de su hijo(a) cambia radicalmente -por ejemplo, si su hijo normalmente es un niño sociable que se entiende fácilmente con la gente y de golpe se muestra enfadado, reservado o demasiado ansioso; o si en la escuela pasa de sacar buenas notas a sacar claramente malas notas- busque ayuda. Puede consultar con un médico, con el psicólogo de la escuela o con alguna organización que ofrezca atención psicológica para que les oriente y le aconseje. 


 Fuente: Lyness,D. (2012). Cómo ayudar a su hijo a enfrentar la muerte de un ser querido. 

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