Es común que los padres procuren que sus hijos tengan
gratas experiencias durante su infancia. Pero, ¿qué pasa cuando el niño
reacciona de una manera inesperada ante una situación que exige relacionarse
con el medio que lo rodea, por ejemplo, salir de paseo o jugar con otros niños?
¿O si, a pesar de su capacidad intelectual "normal", no logra rendir
adecuadamente en alguna o muchas demandas académicas?.. Es entonces cuando
surgen las preguntas: ¿Debo ponerlo en un ambiente escolar especializado?, ¿es
su temperamento y se le pasará en algún momento?
Para resolver estas interrogantes, Jean Ayres,
Terapeuta Ocupacional comenzó a desarrollar su teoría de la Integración
Sensorial, la cual definió como "la
habilidad del sistema nervioso de recibir, organizar e interpretar las
experiencias sensoriales para su uso efectivo".
MÁS ALLÁ DE LOS SENTIDOS
MÁS ALLÁ DE LOS SENTIDOS
Las sensaciones son la materia prima para el sistema
nervioso. Sin un buen suministro de sensaciones, el sistema nervioso es incapaz
de desarrollarse de forma apropiada.
Existen tres niveles de sensaciones que aportan datos
importantes sobre cómo somos y cómo es el mundo que nos rodea: sensaciones que
nos dicen qué son los objetos que están lejos de nosotros, a través de la vista
y el oído; qué son las cosas que tenemos encima del cuerpo, a través del tacto,
y qué son las sustancias que entran en él, a través del gusto y el olfato.
Sensaciones que nos informan de cómo y dónde se mueve el cuerpo, a través de
los órganos que responden a la gravedad y a la posición del cuerpo
(vestibulares y propioceptivas), y las sensaciones que nos indican qué sucede
dentro de nuestro cuerpo, a través de lo que sienten nuestros órganos internos.
Un adecuado procesamiento de la información sensorial de
nuestro cuerpo se desarrolla espontáneamente en la vida diaria del niño; pero a
veces el sistema nervioso, por razones aún desconocidas, es ineficiente para “organizar”
o “procesar” el flujo de impulsos
sensoriales de manera que proporcione al niño una información buena y precisa
de sí mismo o de su entorno, determinando una respuesta ineficiente a las
demandas del medio". En estos casos estamos frente a una Disfunción de
Integración Sensorial,
Un problema de integración sensorial puede interferir directamente con el proceso de aprendizaje o puede provocar un comportamiento inadecuado que interfiere con el trabajo de la escuela, aunque el niño tenga una adecuada capacidad para el aprendizaje
Debe detectarse esto a tiempo, ya que por lo general los padres interpretan estas señales como algo conductual y así pretenden corregirlo. Y todos los trastornos de procesamiento sensorial, a la larga, van a generar severos problemas de autoestima.
La experiencia del parque es de vital importancia
Es muy importante incluir en la vida de los niños experiencias
de juegos en el parque, incluso desde bebés.
Una
de las causas del aumento en la incidencia del desorden de procesamiento
sensorial, son las pocas oportunidades de experiencias de juegos en sitios
naturales: vinculadas con movimientos. Lo recomendable es llevarlo al parque
dos o tres veces a la semana y que pueda ser libre, correr, jugar y socializar
con otros niños. La naturaleza debe integrarse con las experiencias de
movimiento y si el niño se resiste, el papá debe ayudarlo, pero que sea una
asistencia amorosa, con mucha paciencia, sin señalarlo negativamente.
El
problema es que los juegos dinámicos se han sustituidos por juegos electrónicos
sedentarios; para los cuáles (videojuegos y televisión) se debería dedicar menos
de dos horas al día.
lerner y Gagliuffi
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