“No tiene interés”, “todo le da igual”, “es una batalla diaria comenzar a hacer las tareas con él”, “se distrae constantemente”, “se olvida de apuntar los deberes”, etc.
Son quejas habituales de los padres
interesados en conocer qué tienen que hacer para mejorar esta situación.
……
no hay respuesta única ni solución mágica pues cada niño presenta sus propias
peculiaridades y enfrenta diferentes circunstancias.
¿Entonces qué podemos hacer?
Cuando
un niño se enfrenta al reto de ir al colegio, aprender, dar exámenes y aprobar,
sus resultados van a venir determinados por dos grandes factores:
Su capacidad intelectual, es
decir, su potencial para el aprendizaje.
Su motivación para el
estudio.
Es
fácil concluir que un niño con un buen potencial de aprendizaje y una muy baja
motivación tendrá malos resultados en los estudios (fracaso escolar).Sin
embargo, un niño con un potencial de aprendizaje normal o ligeramente bajo,
pero con una alta motivación probablemente sacará adelante los cursos ya que…
El cociente intelectual (CI) facilita
el aprendizaje pero la motivación
para el estudio es el factor de mayor peso
para predecir el rendimiento escolar de un determinado niño(a).
La Motivación En El
Estudio
¿Por dónde empezar entonces?
Aquí algunos
aspectos previos que como padres debemos considerar:
En primer lugar: Conocer las
características de nuestro niño (a)
Un niño que tiene capacidades limitadas o un
trastorno específico del aprendizaje puede perder la motivación por el estudio, por lo tanto si hay sospecha de cualquier dificultad en el aprendizaje, se debería efectuar una evaluación para descartar o detectar estas posibles dificultades.
En segundo lugar: Preguntarse ¿cuándo dejó de motivarse por los estudios?
Alguna vez se han preguntado si su niño: ¿Siempre ha presentado desmotivación hacia el colegio y el estudio o ha sido una cosa repentina?
La
respuesta a esta pregunta es importante para valorar si estamos delante de una
actitud que se ha ido construyendo, es decir,
un desinterés que ha ido desarrollando por algo que le cuesta más que a
sus compañeros y esto le produce baja motivación.
La desmotivación ocurre también en un momento determinado, baja repentinamente sus notas en un momento dado, lo cual puede señalarnos la influencia de factores externos (problemas económicos, rupturas matrimoniales, etc.) pero también factores intraescolares (bulling).
En tercer lugar: Preguntarnos ¿Cómo padres somos modelos coherentes con lo
que pedimos?
Debemos recordar siempre…
Los niños
siempre aprenden más por lo que ven en sus modelos de referencia (generalmente
los padres) que por las instrucciones verbales que reciben de ellos.
Cómo
puedo pedirle que lea un libro, que haga sus tareas, que se esfuerce, si nunca
me ha visto coger un libro y disfrutar de su lectura y además se lo digo echada
en la cama viendo la novela.
No
se trata de adoptar ningún rol especial sino de pedírselo con sinceridad. Dedicar
un tiempo diario a nuestros hijos es fomentar en ellos la motivación. Se trata
de enviarle el mensaje de que estamos con él en su esfuerzo, transmitiendo ilusión,
pautas, objetivos, constancia y también por qué no, recompensas.
La Motivación En El
Estudio
Aquí algunos
aspectos previos que como padres debemos considerar:
En cuarto lugar: Proporcionar
condiciones adecuadas para el estudio
Es importante para motivar a los niños en el estudio que dispongan de un espacio suficiente con su propio material en una zona silenciosa y fuera de elementos distractores (ruidos, ventanas a la calle, etc. Es importante también dejar que personalice su rincón de estudio según sus preferencias (colgar algún cartel, dibujo, etc.) esto le hará sentir en un lugar más cálido y personal.
Es importante para motivar a los niños en el estudio que dispongan de un espacio suficiente con su propio material en una zona silenciosa y fuera de elementos distractores (ruidos, ventanas a la calle, etc. Es importante también dejar que personalice su rincón de estudio según sus preferencias (colgar algún cartel, dibujo, etc.) esto le hará sentir en un lugar más cálido y personal.
¿Cómo construir la motivación en nuestros pequeños?
Es imprescindible
que el niño perciba que puede conseguirlo y además que tiene un plan en el que le vamos ayudar. Por
ello es muy importante:
Marcar los objetivos a conseguir
Marcar los objetivos a conseguir
Establecer los objetivos
con el mismo niño, ajustándose a la realidad y
a las posibilidades del niño y sus circunstancias.
Con los niños pequeños establecer objetivos a corto
plazo.
Debe haber participación
activa del niño, preguntándole o dejándole opinar al respecto para que se
sienta partícipe del proyecto.
Con los adolescentes se
debe dejar que decidan algunos aspectos, aunque esto dependerá de su propia
historia educativa y su estado general. Lo ideal es proponerles que nos
presenten su propio plan para empezar a estudia, a partir de allí los padres pueden supervisarlo, ajustarlo
según su propia experiencia y finalmente pactar su puesta en marcha.
La motivación del adolescente
aumentará en la medida que percibe
cierta autonomía y que él mismo es capaz de generar el cambio no tanto por
imposición de los padres sino por convicción, así esta motivación se afianzará.
Desarrollar y aplicar
nuestro plan para conseguirlo
Primero determinar los horarios que el niño va a dedicar
al estudio, es importante que sea realista para empezar
Si marcamos tiempos
demasiado largos o exigentes, especialmente si no hay hábitos mínimos de
estudio, lograremos el efecto contrario.
Después,
se debe plantear quién (padre, madre, familiar,
nana, tutora) le dará apoyo o supervisión y cómo va a hacerlo. Estar muy encima
de los niños cuando estudian puede desarrollar cierta dependencia y malos
hábitos que hay que evitar.
Si queremos motivarlo adecuadamente debemos pedirle que
consiga aquello para lo que realmente está capacitado.
No debemos
nunca exigirle por encima de sus posibilidades.
Frecuentemente nos encontramos con una alta exigencia y
con un marcado fracaso escolar a causa
de un problema no identificado (dislexia, digrafía, lateralidad cruzada,
déficit de atención, problemas en la coordinación, etc ). La motivación,
pues, debe basarse en expectativas realistas.
No lo engañe nunca. Si las expectativas están por encima de de sus capacidades podrían producir frustración y baja autoestima.
No lo engañe nunca. Si las expectativas están por encima de de sus capacidades podrían producir frustración y baja autoestima.
POR ULTIMO NO OLVIDAR
LOS ESTILOS DE APRENDIZAJE DE CADA NIÑO
Cada niño presenta sus puntos fuertes y débiles y su
motivación hacia el aprendizaje aumentará si puede aplicar aquel estilo que sea
para él más natural, más fácil o tenga más sentido según su forma de pensar y
hacer.
Niños auditivos: aprenden mejor escuchando.
Suelen ser niños que les gusta hablar y tienen facilidad para ello, son sociables, con interés por la música y la lectura y/o escucha de narraciones y cuentos.
Suelen ser niños que les gusta hablar y tienen facilidad para ello, son sociables, con interés por la música y la lectura y/o escucha de narraciones y cuentos.
Algunas recomendaciones:
Grabar las lecciones que tiene que aprender para
luego escucharlas.
Para motivarlo y alcanzar metas, podemos
enseñarle a que se dé auto instrucciones de forma verbal (“puedo conseguirlo”,
“voy a aplicar mi plan”).
Suelen funcionar extraordinariamente bien cuando reciben
la información visualmente.
Cuando estudian, tienen tendencia a buscar imágenes, gráficos o películas para ayudar a retener la información. Este estilo de aprendizaje suele estar muy potenciado en niños que presentan dificultades o trastornos específicos que afectan al habla, la lectura o la grafía.
Cuando estudian, tienen tendencia a buscar imágenes, gráficos o películas para ayudar a retener la información. Este estilo de aprendizaje suele estar muy potenciado en niños que presentan dificultades o trastornos específicos que afectan al habla, la lectura o la grafía.
Niños visuales:
aprenden mejor con imágenes
Algunas recomendaciones:
Algunas recomendaciones:
Tenemos que ayudarlos a que construyan
esquemas que contengan muchos colores o incluso dibujos,
lo cual lo ayudará
a retener la información.
Cuando hay temas que no disponen de imágenes,
apoyar para que construyan las suyas propias.
Colgar
en su habitación de estudio, gráficos, esquemas u otro material visual para ir aprendiendo y renovándolo.
Suele darse en niños inquietos con poca paciencia, que
necesitan tener las manos ocupadas y experimentar con su entorno para aprender.
Se sienten más cómodos es en la actividad física y en el recreo, son más
felices en la hora de laboratorio o de prácticas que en la clase teórica.
Niños funcionales o quinesiológicos: aprenden “Haciendo”
Algunos consejos para ayudar a estos niños.
Algunos consejos para ayudar a estos niños.
Incentivar la parte práctica: para sumar o
restar utilizar un ábaco o tablero contador, algún programa interactivo en la
computadora, esto le será más motivador
que quedarse quieto resolviendo las operaciones en su cuaderno.
Para aprender ortografía puede apoyarse con
letras móviles para que las pueda manipular.
En su tiempo de estudio puede ayudar introducir
alguna actividad física (salir al jardín, estirarse y dar un par de vueltas,
etc.), en vez de descansar sentado.
Algunos de ellos preferirán estudiar de pie,
andando, al aire libre o en posiciones extrañas que llaman la atención. En la
medida de lo posible deberíamos respetar estas preferencias.
Animarlo a hacer proyectos prácticos. Son
niños que pueden sobresalir por su capacidad creativa y si son apoyados al
respecto pueden aumentar su motivación.
lerner y Gagliuffi
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